Cuando en una sociedad tiene por práctica externalizar la provisión de los consumos vitales, poco a poco se va extinguiendo. A la hora de sacar números, económicamente hablando, al evaluar la “rentabilidad” de la creación de un proceso propio que nos acompañe en nuestro propio desarrollo, la gran tendencia que se aprecia es que “es más barato externalizarlo y traerlo de afuera” ¡Cuántas veces hemos oído esa catastrófica frase o algo similiar!
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